2.11.07

La piedra de los locos

Ayer tuve la oportunidad de darme una segunda vuelta por la ampliación del museo del Prado, pero esta vez albergando exposiciones. Nota: si quieres visitarlo durante este puente madruga, que sino lo sufrirás mucho. Yo tuve la suerte de hacer sólo 20 minutos de cola, y, como siempre, la espera, aunque sea muy grande, merece la pena en el Prado. La exposición celebrada con motivo de la apertura de la nueva ampliación es la de pintura del siglo XIX en el Prado, aunque se exponían muchas otras obras de otros siglos, procedentes de la colección propia del Prado. Una de la obras que más me llamo la antención es la de La extracción de la piedra (1475-1480), óleo sobre tabla 48x35 cm, de El Bosco.

La historia es curiosa: en la obra nos encontramos con un falso doctor que lleva un embudo, símbolo de la estupidez, en vez de un birrete de doctor, que extrae de la cabeza de otro personaje una flor, en concreto, un tulipán; simbolismo de los ignorantes que creen saberlo todo. Su bolsa del dinero es atravesada por un puñal, símbolo de estafa. En la escena aparecen además un fraile borracho y una monja, quien lleva un libro cerrado encima de la cabeza, símbolo de la ignorancia y superstición (podría reconocerse como una bruja con un libro de conjuros) con que se acusaba al clero. La leyenda que está escrita dentro del cuadro es Meester snyt die Keye ras, myne name is lubbert das, que significa Maestro, extráigame la piedra, mi nombre es Lubber Das, quien era un persojae satírico de la literatura holandesa que representaba la estupidez e ignorancia, es decir, tonto.

El Bosco quería mostrar la necedad y la credulidad de la gente, puesto que esta operación quirúrgica, realizada durante la Edad Media, se practicaba a los locos, a quiene se creía que un piedra en la cabeza era la culpable de su locura. Además, unido al tema del cuadro, el círculo inscrito dentro del formato cuadrado del cuadro actúa como un espejo donde el mundo se mira y se reconoce. La intervención del clero estúpido puede referisme al anticlericalismo de El Bosco, quien influido por las nuevas corrientes eclesiásticas, defendía la comunión directa con Dios, sin mediación del clero. Este es un tema atemporal, que va unido a la condición humana, y que aquí El Bosco representa magníficamente. Una obra maestra.

PD: si no lo digo reviento. En la sala donde desemboca el cubo hueco del claustro se exponían cuadros de grandes dimensiones. Hay una parte de la sala donde la estrechez, unida a la masificación de público y el reflejo en las pinturas dada la proximidad de los focos de luz, hacía que estas obras de gran dimensión no pudiesen admirarse como debía. Eso no me gustó nada.


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